La revolución de los avatares.

El uso de este recurso en tu marca o emprendimiento es una forma rápida y amigable de generar identidad, asociación y mayor fidelidad por parte de los clientes al presentarla humanizada. En tiempos donde la tecnología lo domina todo, es importante transmitir seguridad de quién está detrás de la pantalla.

Existen dos tipos de avatares: el simple y el personalizado.

1. Avatar personalizado.

Se trata de un diseño que mantiene los rasgos de la persona, pudiéndose elegir la ropa y los accesorios. Y según solicite el cliente se realiza una o varias poses. 

El siguiente ejemplo que les mostramos fue un proyecto realizado para una clienta en Philadelphia, EEUU.

2. Avatar simple.

En este caso, se destacan características básicas como cabello, ojos y silueta corporal. Se cotiza por personaje, y se realiza una o varias poses según desee el cliente.

Si el avatar se requiere en formato impreso, contamos con un proveedor de papelería. A continuación te mostramos algunos ejemplos.